Tener contratada una potencia inadecuada repercute al alza en la factura; calculamos la potencia óptima de la instalación y nos encargamos de ajustar la potencia contratada con la compañía para disminuir costes.
La potencia contratada es la cantidad de energía que el usuario puede utilizar para conectar sus aparatos eléctricos sin que “salten los plomos”: a mayor potencia, más aparatos pueden conectarse. Podría pensarse que lo mejor es contratar la mayor potencia posible, pero este concepto es la parte fija de la factura de la electricidad y se abona aunque no haya consumo eléctrico, por lo que puede suponer un sobrecoste innecesario.